La corta etapa en la que el Condado de Ribagorza pasó a pertenecer al Reino de Navarra, es transcendental, tanto para avanzar en la reconquista del territorio como para la unificación de los tres condados que posteriormente constituirían el Reino de Aragón.
Desde bastantes años atrás no se había ganado un palmo a los infieles; y más bien se habían perdido plazas fronterizas por las incursiones de los sarracenos aprovechando el desgobierno y los problemas sucesorios una vez muerto Unifredo en el 980 y el resto de sus hermanos Arnaldo (980-990) e Isarno (muerto en el intento de la toma de Monzón año 1003).
El Reino de Navarra, estaba más organizado, sus ejércitos más preparados para la lucha, y sus gentes eran y habían sido desde siempre muy rebeldes a cualquier ocupación. Además el Reino de Navarra supo fraguar alianzas con sus vecinos; en ocasiones alianzas políticas con galos para derrotar a moros o con moros para derrotar a galos (ejemplo Roncesvalles); y por si fuera poco consolidó alianzas con los condados vecinos de Aragón y Sobrarbe a través de matrimonios que convenían a las dos partes.
Los Condados más débiles se aseguraban un aliado fuerte en caso de agresión y el Reino de Navarra aseguraba sus fronteras con los vecinos.
Esos lazos de sangre que el Reino de Navarra había sellado con los Condados vecinos al este de su territorio, fueron a la postre los que desencadenaron que el rey Sancho III de Pamplona acudiera con sus tropas a defender los territorios del Condado de Sobrarbe y a su tía Dñª Sancha (esposa repudiada de Ramón III Conde de Pallars).
Los hechos se desencadenaron de forma rápida y desafortunada. Muerto Isarno en Monzón, No quedan más hijos varones de Ramón II para heredar el Condado de Ribagorza (Odisendo era el 4º varón pero era obispo de Roda); por lo que recae el gobierno del condado en su hija Toda casada con Suñer conde de Pallars; pero Suñer muere en el 1011 y la deja viuda y sin hijos.
Este conjunto de infortunios es aprovechado por los infieles que hacen incursiones frecuentes en el territorio del condado y se apoderan de una parte del suelo reconquistado años atrás.
Toda, decidida a mantener el territorio, manda llamar a su sobrino Guillermo-Isarno (hijo natural de Isarno y de una concubina de nombre desconocido) y que vivía en la corte de Castilla con su primo Sancho Garcés.
Acude a la llamada de su tía con tropas que le presta Sancho Garcés y recupera una gran parte el territorio que habían tomado los moros; pero murió cuando intentaba apoderarse del Valle de Arán alegando derechos sobre el mismo por haber pertenecido a sus antepasados (fue asesinado por hombres del valle)
Le sucedió su hijo también llamado Guillermo Isárnez (último conde de Ribagorza) y que aliado con el conde de Pallars Ramón III realiza incursiones en tierras del Sobrarbe. Esta invasión del condado vecino desencadena la participación de Sancho III de Pamplona que acude en auxilio de Dñª Sancha con tropas suficientes para sofocar las incursiones de los cristianos de Ribagorza y Pallars en Sobrarbe, y hacerse con el poder en estos condados. Corría el año 1017.
Estas fueron las postrimerías del Condado de Ribagorza, cuyo destino le llevaron a ser incorporado al Reino de Navarra primero y al Reino de Aragón después. Para entonces Ribagorza sufría una importante crisis moral, política y unos dudosos límites una dudosa jurisdicción y de autoridad.
La “Suprema autoridad de Sancho” es reconocida en una escritura del año 1022. Algunas villas como Castanesa, que habían sido y luego fueron de Ribagorza, aparecen en estos tiempos difíciles como pertenecientes al Condado de Pallars, que ejercía en ellas una verdadera jurisdicción
Sancho practicó en todo el territorio por él gobernado una política de consolidación del suelo ganado a los infieles, y de expansión reconquistando plazas. Fue cerrando progresivamente los vasallajes y las relaciones con la caduca dinastía carolingia del otro lado de los Pirineos; y a la postre reinó en Pamplona, en Gascuña, Castilla (por derecho de su mujer) así como los condados de Sobrarbe, Aragón y Ribagorza a través de sus hijos. (Documento del Monasterio de Leire de diciembre de 1032).
Los navarros no fueron bien recibidos. Los ribagorzanos no dejaban de considerarlos unos nuevos invasores; pero se apercibieron que las tropas de Sancho estaban bien entrenadas, pertrechadas y organizadas por lo que colaboraron cuanto pudieron en la cruzada de reconquistar territorio a los moros. De hecho:
“La vanguardia del viejo condado no se había desplazado un ápice de la línea trazada por Arén, Roda y Besians desde la época del último de los condes ribagorzanos (Guillermo Isárnez). De hecho como consecuencia de la última razzia (incursión árabe) de 1006, se perdieron momentáneamente el Castro Pelato y el monasterio de Esvu, aquel que los monjes de Obarra regían en las inmediaciones de Santa Liestra.
Este distrito no se recuperó hasta la época de Sancho el Mayor en torno del 1017; lo mismo sucedió con Besians y El Mon de Perarrua en el Ésera o los castillos de la Mellera, Castigaleu y Luzás en el entorno del Isábena. Por primera vez los ribagorzanos olisqueaban los humos de Benabarre y Graus” (Septembris. Jorge Mur).
A Sancho se le conocen cuatro hijos Ramiro, García, Gonzalo y Fernando. El primero, Ramiro lo tubo con su primera consorte legítima señora del valle de Aybar Dñª Sancha (algunos autores consideran a Ramiro hijo bastardo, aunque realmente no se consideraba el primogénito por haberlo tenido antes de casarse) y García, Gonzalo y Fernando los tuvo con su segunda esposa Dñª Mayor.
Sancho repartió sus estados y a Ramiro le tocó gobernar el Condado de Aragón, (del que era “Regulo” aproximadamente desde el 1015) que estaba limitado por el valle de Roncal y por el curso del Gállego y por mediodía por Ayerbe y Bolea, (todavía en manos de los moros); le donó además unas cuantas villas que no habían formado parte nunca del Condado de Aragón (Tena, Agüero, Nocito) y otras posesiones fortificadas que en total cubrían unos 4000 Km.2.
Estas propiedades las otorgó Sancho a Ramiro con anterioridad a que el rey de Pamplona falleciera ya que la primogenitura le correspondía al primer hijo de su segunda mujer el llamado García.
A García le correspondía la primogenitura; (por haber nacido con posterioridad al enlace nupcial de Sancho con Dñª Mayor) es decir los estados patrimoniales, el Reino de Pamplona y una superioridad sobre sus hermanos los cuales le debían fidelidad.
Sobrarbe y Ribagorza ya unidos los reservó para el segundo de sus hijos habido de su segundo matrimonio, Gonzalo, al que tuteló Sancho III por considerarlo el más débil durante un periodo comprendido entre 2020- 2030 , Al último a Fernando le asignó el Condado de Castilla cuando adquirió los derechos sobre ese condado en el año 1029
Muerto Sancho, el 18 de Octubre del 1035, Gonzalo gobernó en solitario; pero jamás fue aceptado por los nobles ribagorzanos ni por sus súbditos. No tenía dotes de gobernante y sus conocimientos eran muy limitados; lo que condicionó numerosas intrigas que concluyeron con su asesinato en el 1044 en el puente de Monclús (barranco de la Usía de Lascorz) cuando volvía de una cacería.
La persona que apuñaló a Gonzalo, era un vasallo de su escolta llamado Ramonet de Gascuña, lo hizo en presencia de gran parte de su séquito y con la aquiescencia de todos, que no hicieron nada para protegerle ni para socorrerle.
Este suceso, desembocó en reuniones de los nobles de Sobrarbe y Ribagorza, para unificar criterios y evitar luchas por el poder innecesarias. Al final decidieron que la persona más indicada para mantener el territorio era Ramiro, tanto por vecindad, como por sus dotes de gobernante y guerrero. “Crónica de San Juan de La Peña”
Así fue como comenzó una andadura con los tres condados unidos Aragón, Sobrarbe y Ribagorza formando una unidad política y actuando bajo un solo gobernante, fuerte y combativo por lo que se considera el primer rey del Reino de Aragón (Ramiro I “quasi pro rege”). Corría el año 1045.
F. Luís Güerri Mir
Diciembre 2022
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