Chen de Capella

BHCR_19 – El Monasterio de Alaón

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Este monasterio, antiquísimo, se remonta al siglo IV de la Era Cristiana (reinado de Recesvinto). Está ubicado en Sopeira y comenzó su reconstrucción en el año 543, y se terminó en el 550.

El nombre de Alaón permaneció desde sus inicios en el siglo IV; y corresponde a una palabra de origen griego que significa “rayos de sol salidos entre las nubes”

Fue fundado por la congregación de monjes de S. Benito, como respuesta a las necesidades agronómicas, sociales y religiosas. Se desmontaron por los monjes grandes campos, se redujeron los secanos y se aumentaron los regadíos.

Atrajeron a nuevos pobladores; y se impartieron conocimientos artísticos científicos y religiosos. Estos monjes, benedictinos, estaban en continua relación con los del Monasterio de Linares de Benabarre y el de San Vitorian. Los tres contribuyeron a que se produjeran grandes progresos en Ribagorza.

A partir del undécimo concilio de Toledo en los años 556, se estableció en España la fiesta de Nª Sª de la Esperanza; fiesta llamada también de la O, por las muchas oes que hay en el rezo. Desde esa fecha este monasterio se la conoce también con el sobrenombre de Monasterio de Nª Sª de la O.

Con ocasión de la invasión árabe al principio del siglo VIII, se apoderó del monasterio un moro que dio el nombre de Alaón a toda la comarca. Los monjes huyeron pero escondieron la imagen de la Virgen.

Al recuperar la comarca los Condes de Ribagorza a mediados del siglo IX, volvieron los monjes a ocupar el monasterio, procediéndose a su reconstrucción y reponiendo la imagen de Nª Sª en el altar principal; considerándose por este motivo a Valdregisilo, último vástago del duque de Aquitania y a su esposa María como refundadores del mismo.

En el año 1657, el cardenal Aguirre, publicó una carta con un documento llamado por algunos  “El precepto de Alaón” y que aparece firmado por Carlos “el calvo” en su 4º año de reinado; confirmando las donaciones y privilegios que había otorgado a Alaón su antecesor y familiar el conde de Valdregisilo y su esposa la condesa María.

Este extenso documento, está insertado en un apéndice de la Historia Eclesiástica de España de D. Vicente de la Fuente y del que entresacaremos unas líneas que relatan la dedicación canóniga del monasterio:

“Para la creación y dedicación canónica del monasterio,  Bartolomé, Arzobispo de Narbona, a cuya metrópoli pertenecía Alaón, convocó a los obispos y abades  sufragáneos: Sisebuto obispo de Urgel, Ferriolo obispo de Jaca, Involuto obispo de Cenés, Odoario abad de S. Pedro de Siresa, y que acudió con varios monjes de Siresa para poblar el monasterio. Acudieron otros abades más, monjes y ermitaños, tanto del país como de las montañas inmediatas de Francia. El rey francés, siguiendo la astuta política de sus padres, atrajo a los monjes con privilegios “baratos”, puso el monasterio bajo su inmediata protección, pero después les quitó las donaciones que le habían hecho el conde Valdregisilo dentro de la Aquitania y la Vasconia francesa, confirmando los que tenía en Ribagorza y Aragón”.

Siguiendo otras fuentes informativas, nos encontramos con el documento más antiguo del Cartulario de Alaón (806-814) que tiene una doble importancia histórica y diplomática. Histórica, porque nos enseña el momento y forma de la reconstrucción del monasterio; y diplomática, porque nos muestra la serie de edictos condales que a imitación de los reales dieron los Condes de Ribagorza.

El precepto fue librado por el conde Bigón a favor del presbítero Crisógono y dirigido a los habitantes de la región de Orrit. No está fechado, pero puede incluirse en el periodo comprendido entre la entrada de Bigón en el Condado de Tolosa año 806 y la muerte de Carlo Magno en 814.

Bigón hace saber, que encomienda su iglesia llamada de Stª María y San Pedro, al presbítero Crisógono para toda la vida, a fin de que la organice y la explote y en el monasterio se rece por el señor emperador, por su hijo el Rey Luis y por el conde Bigón. Además el Abad podrá investigar por toda la región los bienes, tanto tierras como viñas que en tiempo hubieran pertenecido al monasterio.

No se tiene noticia de la muerte de Crisógeno, pero su sucesor Teodorico, era Abad en el 823

De este se tienen tres documentos. El primero del 31 de Mayo del 823; el abad compró a un tal Basila una viña en el Castillo de Orrit por nueve sueldos. El segundo documento, en el 824, compra por 22 sueldos a un tal Aldamala mitad de una viña y  el  tercero, un lagar en el lugar de Saxsa en el termino del castillo de Orrit.

El siguiente abad, Ansaldo, se hace referencia en el único documento disponible del conde Galindo. Debió morir por el año 834

Centullo, el monje que dirigía las labores de la casa monástica, al producirse la vacante, debió ser elevado seguidamente al abadiado. Lo encontramos en el cargo en enero del 837 y continuará por 20 años. De su actividad han quedado numerosos recuerdos en 29 documentos; 27 se refieren a compras y reformas del monasterio, dos fueron donaciones al suburbio de Miralles.

Frugelo, aparece por primera vez como abad en el 859; pero a partir del 867 aparece el nombre de Datón como abad de Alaón y la última noticia que se tiene de él es en abril del 869.

En abril del 871, ya volvía a ocupar el cargo de abad Frugelo. En esta segunda etapa, obtuvo de Bernardo Conde de Tolosa el 21 de julio del 871, un precepto de inmunidad; por el que Bernardo manda que ningún vizconde, juez, vicario ni ningún subordinado suyo, ose entrar en aquella comunidad ni en sus departamentos, beneficios o para administrar justicia, ni exigir censos ni servicios; de manera que el abad y sus sucesores puedan poseer para siempre el monasterio y sus pertenencias sin ser inquietados por nadie y pide también el abad ( y se le concede) que todos sus ganados puedan apacentar por todos los montes.

El último documento que hace mención a Frugelo, es del 31 de Marzo del 876

Para Junio del mismo año 876, era abad Gilmón, del que tenemos un documento por el que se  entrega personalmente y con todos sus bienes a los que estén bajo su obediencia en el monasterio. Debió morir por el año 886-887.

Por el mes de Junio del 889 aparece el nombre del abad Alfonso.

Del abad Ricuejo, han quedado 6 documentos, dos de donaciones y cuatro de compras; se cree que su regencia duraría unos diez años, debió morir alrededor del 903.

Después de esta vacante y hasta el 939 en que empieza el régimen de Altemir, sólo se conservan 5 documentos referentes al monasterio.

Con el abad Altemir se entra en una etapa de prestigio del monasterio, elevándose a gran altura cultural y religiosa.

A éste le sucede Quinto. El Conde de Ribagorza Unifredo y sus hermanos Arnaldo e Isarno, después de asistir al entierro de este abad, convinieron en nombrar abad al presbítero Arriolfo, hombre del país, personaje importante de familia principal de Sopeira y ligado a la familia condal. Lo bendijo en su abadiado el obispo de Ribagorza Odisendo y contó con la aprobación de Aymerie arzobispo de Narbona.

En tiempos de Almanzor (año 985) tuvieron que abandonar los monjes el monasterio, regresando algunos años después; tiempo en que el monasterio dejó de ser protectorado de Francia.

Por un documento D. Raimundo Dalmacio, obispo de Roda, se ve que el monasterio atravesó durante parte del siglo XI un periodo crítico, por haberse apoderado de su gobierno y de sus rentas clérigos de mal ejemplo; por lo cual hacia el año 1075, queriendo restablecer la disciplina monacal, hizo venir de San Vitorian un fraile llamado Bernardo y lo consagró como abad.

En 1088, fue cedido al obispo Dalmacio la iglesia de Stª María del Castillo de Piedra, por su dueño Gervasio, hijo de Rodobaldo. Dispuso que a su muerte lo heredase el monasterio de Alaón y el abad Bernardo, concedió el derecho de sepultura tanto a él como a su esposa e hijo en este monasterio.

Pedro I concedió al monasterio la iglesia de San Bartolomé de Calasanz, que había edificado en acción de gracias cuando conquistó dicha villa.

El 23 de agosto del 1102 La esposa de éste, Dñª Berta, donó al monasterio una almunia (huerto, granja) cerca de Berbegal.

Ningún obispo de Roda ni de Barbastro se desveló tanto por este monasterio como  Raimundo Dalmacio. San Ramón, obispo de Roda y Barbastro, fue al monasterio el 8 de Noviembre de 1123 y lo consagró según la liturgia  de aquellos tiempos, y le hizo valiosas donaciones.

En 1153, siendo abad Poncio, Puig Roig, le dio la iglesia de Ciurana, donde antes había un monasterio y con la condición de establecer en ella una comunidad religiosa. Además de esto se obligó tanto  él como a sus hijos y otros descendientes a que fueran defensores del Monasterio de Alaón. Esto prueba la existencia rudimentaria de una orden militar destinada a proteger los monasterios en una época de costumbres rudas donde imperaba la fuerza.

Esta iglesia fue causa de pléitos entre los monjes de Alaón y los de Ripoll, que acabaron con una resolución del Papa Alejandro III en 1170, por la que mandaba que Alaón pagase todos los años un maravedí  al Prior de Gualter que dependía del monasterio de Ripoll.

Era este monasterio de Alaón una de las instituciones más prestigiosas surgidas en la Edad Media. Políticamente impedía la tiranía militar que podían ejercer los señores feudales, poniendo a cubierto los derechos de los súbditos, reprobando los excesos de los señores y mitigando la rudeza en la que se vivía en esa época

Este monasterio fue muy favorecido por los reyes de Aragón,  sucesores de los condes Ribagorzanos, especialmente al unirse Cataluña con Aragón por el matrimonio de Ramón Berenguer con Dñª Petronila hija de Ramiro II. El abad era elegido por los monjes en votación secreta y estos abades tenían voz y voto en las Cortes de Aragón.

Como muestra de este hecho, podemos citar  abades como Martín de Gurrea que consta como asistente con voz y voto en las Cortes de Aragón celebradas en Zaragoza en 1528; otro D. Ramón de Cerdán que asistió a las celebradas por Felipe II y por último D. Diego Suarez que asistió a las celebradas en Tarazona en presencia también de Felipe II.

En el siglo XVII, se vio el monasterio afectado durante la guerra franco-catalana, por los excesos de las tropas mandadas por M. Laforege, de igual modo, en el siglo XVIII sufrió atropellos durante la guerra de sucesión por ambos bandos que pasaron por Sopeira exigiendo alimentos y víveres de todo tipo.

Suspendidas los Órdenes Religiosas en el año 1820 salieron los monjes del monasterio, volviendo en 1823 hasta el 1835 en que se impuso por el gobierno la exclaustración de los religiosos.

En el momento actual, todavía existe el monasterio e iglesia; es una magnífica construcción románica de tres naves, tres ábsides y campanario, que sirve de parroquia al pueblo de Sopeira. En la cripta se halla en cuerpo santo de un abad del monasterio  que según la leyenda fue acusado injustamente de haber malversado un dinero donado por el conde para la construcción de un camino en las Escaldas, y que repartió entre los necesitados en un año de gran carestía.

F. Luís Güerri Mir
Junio 2023

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Imagen: Dominio Público, GFreihalter, CC BY-SA 3.0