Actualmente en España y en la mayor parte de países de la Unión Europea, el servicio militar se considera una forma de trabajo voluntaria y equiparable a la gran mayoría de profesiones existentes.
No obstante, esto no fue así en España en épocas anteriores. Si bien siempre ha existido la posibilidad del alistamiento voluntario, entre los siglos XVIII y XX existió una forma de reclutamiento militar obligatorio, la cual era bastante impopular y también se la conocía como “quintas”.
Para evitar este reclutamiento existía la posibilidad de redención en metálico y la sustitución por otra persona.
La primera opción solo estaba al alcance de las clases medias y altas, al igual que la segunda, que consistía en pagar a otra persona para que ocupase el lugar del joven reclutado.
Esto cambió en parte con la Ley de Reclutamiento y Reemplazo del Ejército de 1912, con el gobierno de José Canalejas (1910-1912), de corte liberal durante el periodo conocido como Restauración.
Esta ley abolió la redención en metálico y la sustitución, pero introdujo la posibilidad de reducción de la duración del servicio militar con el pago en metálico de cierta cantidad de dinero; unas cantidades que seguían siendo solo asequibles para las clases medias y altas. A estos se les llamaba “soldados de cuota”, y tenían además otros privilegios que el resto de soldados no tenían.
Todos estos privilegios fueron suprimidos en 1936, con la Segunda República.
En 1940, durante el gobierno franquista, se instauró la Milicia Universitaria, que permitía a los estudiantes universitarios cumplir el servicio militar de forma flexible y como sargentos o alféreces.
El nombre de “quintas” proviene del siglo XVIII, cuando se realizaba un sorteo en el que entraba uno de cada cinco jóvenes de cada pueblo.
Sin embargo, desde la Constitución de 1812 pasó a ser obligatorio para todos los jóvenes, con la intención de defender el país durante la Guerra de la Independencia.
Cabe recordar que posteriormente hubo varios conflictos armados en los que estuvo involucrada España (como la guerra de Cuba, o la guerra del Rif), y es ahí donde enviaban a estos jóvenes soldados, donde bastantes murieron.
El sistema existente en España era similar a otros países vecinos europeos.
La duración del servicio militar obligatorio varió con los años. Entre 1881 y 1912 duraba tres años, y después pasó a ser de dos años. En 1968 se redujo a diez y ocho meses, en 1984 a un año, en 1991 a nueve meses, y en 2001 se suprimió.
Las provincias y los ayuntamientos se encargaban de reclutar a todos los jóvenes varones de 21 años, a partir del Registro Civil.
Había que localizar y realizar un reconocimiento médico a cada uno para posteriormente declararlos como “soldado sorteable”.
Durante los años que publicamos, muchas familias presentaban alegaciones para evitar el reclutamiento, como ser hijo único de padres pobres e impedidos para el trabajo, tener algún defecto físico o mental que le impidiese el trabajo, o tener otro hermano sirviendo en el ejército.
En caso de no presentarse, al joven se le declaraba “prófugo”.
Francisco Bartol Puyal
Octubre, 2025
Bibliografía:
Servicio militar (España). Wikipedia. Consultado el 23 de agosto de 2025. Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Servicio_militar_(Espa%C3%B1a) [Consultado: 23 de agosto de 2025].
Quintas. Wikipedia. Consultado el 23 de agosto de 2025. Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Quintas [Consultado: 23 de agosto de 2025].
Quintas. Wikipedia. Consultado el 23 de agosto de 2025. Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/ Soldado_de_cuota [Consultado: 23 de agosto de 2025].
Fotografía:
Compañía en el Campamento de San Gregorio, Zaragoza
Proporcionada por Mario Bauret Español
